El Villarreal C.F. llegaba a Anoeta tras caer de manera estrepitosa el Jueves ante la A.S. Roma (0-4) y habiendo ganado solo uno de los últimos diez partidos, estaban necesitados de un triunfo que les revitalizara, y ante una buena Real Sociedad de Fútbol S.A.D. lograron los tres puntos con un gol de Samu Castillejo en los instantes finales. El conjunto amarillo basó su fortaleza en un ordenado repliegue defensivo que le permitió sobrevivir al dominio de la posesión txuri urdin, que pese a tener la pelota inquietó poco la meta de Sergio Asenjo.
El conjunto de Eusebio Sacristán se ordenó en un 4-1-4-1. Respecto al equipo de gala solo dos novedades por las lesiones de Carlos Martínez y William José, Álvaro Odriozola volvió a ser titular en el lateral diestro y Juanmi Jiménez el referente en punta. El resto del equipo, el habitual, con David Zurutuza y Xabi Prieto como pareja de interiores más Asier Illaramendi en el pivote.
Fran Escribá alineó un 4-4-2. El acompañante de Mateo Musacchio en el centro de la defensa fue Álvaro González, con respecto a anteriores partidos se cayó Víctor Ruiz. En los extremos se situaron Denis Cheryshev y Jonathan dos Santos. El doble pivote, el habitual con Bruno Soriano y Manu Trigueros y la dupla de atacantes en este encuentro la formaron Adrián López y Cedric Bakambu.
La Real Sociedad salió al campo con la intención de que todo pasara a un ritmo muy alto con la idea que el conjunto groguet cometiera algún error motivado por su bajo momento de confianza.
Con esta finalidad dispuso una elevada presión adelantada tras pérdida de posesión poniendo especial atención en que los motores amarillos no carburaran, de esta manera Xabi Prieto encimaba a Bruno Soriano y Zurutuza a Trigueros.
Zurutuza y Trigueros se marcaban mutuamente. Ninguno brilló.
Debido al repliegue amarillo, todo el ataque donostiarra se desarrollaba en estático con los once jugadores asentados en campo rival. Cuanto más cerca de la banda se movía la pelota, más superioridad numérica encontraban y no solo por la profundidad de los laterales.
Mientras Yuri profundizaba y abría el campo, en el sector zurdo se juntaban por dentro Zurutuza + Oyarzabal y puntualmente aparecía Illarramendi. En el sector opuesto era Odriozola el que daba profundidad y amplitud mientras por dentro se juntaban Xabi Prieto y Carlos Vela.
El Villarreal sacó su cara competitiva y férrea en defensa. Cuando el rival atacaba en estático, ellos ordenaban un repliegue estrecho con dos líneas de cuatro muy juntas situándose los once jugadores por detrás de la línea del balón.
Eso sí, cuando el equipo txuri urdin buscaba construir desde atrás sí realizaban la presión unos metros más arriba aunque de manera algo tímida. Querían entorpecer la eficiente salida de balón donostiarra pero sin desordenarse en campo propio. De esta manera Trigueros perseguía a Zurutuza, Adrián se pegaba a Illarramendi y Bakambu cercaba a Íñigo Martínez.
Mientras los laterales locales parecían extremos, los visitantes rara vez se descolgaban.
En ataque, los castellonenses asumían pocos riesgos en salida y tanto Asenjo como los dos centrales recurrieron al juego directo en más ocasiones de las que suelen acostumbrar. La presión donostiarra influyó tanto en este aspecto como en la poca fluidez ofensiva del Villarreal, pues el doble pivote amarillo se encontraba en inferioridad numérica, y cuando Jonathan dos Santos se venía por dentro, la banda se quedaba coja pues los laterales no se permitieron alegrías ofensivas para no perjudicar la estructura defensiva.
Una de las pocas ocasiones que Jaume Costa se desplegó en ataque fue en el descuento de la segunda mitad. Encaró y desbordó a un Carlos Vela endeble en la marca y lanzó un centro a un punto de penalti vacío de defensores, pero no de atacantes, y ahí apareció Samu Castillejo para remachar a gol una de las pocas ocasiones de su equipo.
En el mapa de calor de los dos laterales "txuri urdin" se aprecia la profundidad que aportaron al juego. El posicionamiento es propio de dos extremos. Entre ambos sumaron 138 toques, 12 centros y 3 disparos.
La posesión perteneció claramente a la Real Sociedad con un 64%.
El dominio podríamos decir que fue inexistente o levemente para el Villarreal, pues aunque los donostiarras se asentaban con la posesión en campo rival, los castellonenses apenas sufrieron defensivamente.
Los mejores del encuentro:
ANDER GILLENEA / Fotógrafo autónomo