
Jose Mourinho dispuso el 4-1-4-1 que tantos réditos le está aportando con la novedad de Anthony Martial muy abierto en el extremo zurdo para que con su velocidad y su regate probara al inexperto Alexander-Arnold.
Jürgen Klopp planteó un 4-3-3 con la novedad del joven Alexander-Arnold en el lateral diestro (debido a la lesión de Clyne). En el eje de la zaga el estonio Ragnar Klavan suplió a Joel Matip. En la parte ofensiva pudimos ver a Divock Origi en la izquierda y a Firmino como falso 9.
El Manchester United salió a dominar con el balón. Las jugadas siempre las empezaba Carrick desde la base y eso es garantía de salida limpia. El ataque se volcaba en la zona izquierda donde aparecían abiertos Darmian y Martial y por dentro Carrick y Pogba.
Defensivamente plantearon una presión desde tres cuartos de campo. No les preocupaba que los centrales reds sacaran el balón jugado, pero el que no podía recibir ni darse la vuelta era Henderson, y esa tarea estaba encomendada a Ánder Herrera.
La debilidad venía en el eje de la zaga, pues tanto Jones como Rojo se mostraron muy inseguros durante toda la noche.
El Liverpool al no encontrar a Henderson en salida no conseguía asentarse en campo rival y tras varios pases horizontales en campo propio terminaba recurriendo en bastantes ocasiones al envío en largo hacia el costado de Origi o hacia la la zona de Emre Can.
En defensa sí que se mostraron bastante sólidos debido principalmente a la solidaridad de todo el equipo. Fundamental el trabajo de Henderson y Emre Can (o Wijnaldum) para cerrar la zona débil (banda derecha)
Pogba tuvo una tarde aciaga. Además realizó el penalti que dio el 1-0 al Liverpool.
En la segunda mitad, y tras ir abajo en el luminoso, Mourinho realizó un cambio de dibujo con la entrada de Rooney por Carrick, pasando al 4-2-3-1 con Pogba y Ánder Herrera en doble pivote y Wayne con total libertad ofensiva pero siendo el encargado de trabajar sobre Henderson cuando los reds construían el juego. Con esta nueva disposición, los locales comenzaban la presión desde más arriba pero a su vez, la línea defensiva dejaba más espacio a sus espaldas. Esta situación intentó aprovecharla el Liverpool que pudo filtrar varios balones tras la línea defensiva pero no consiguió sacar provecho de ello.
Al final, el gol del empate llegó con el fútbol más tradicional posible. Centro al área de Valencia, remata de cabeza Fellaini al palo, Valencia caza el rechace y la deja atrás para que Ibra anote. La Premier League nos deja siempre claro que aunque el equipo no termine de funcionar y pruebes distintos esquemas, al final el camino más corto al gol es el balón directo y la búsqueda de la segunda jugada.
La posesión fue para el Manchester United, sobre todo en la segunda mitad.
El dominio fue variando dependiendo del tramo de partido. Pero podríamos decir que en el global, dominó el conjunto local.
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John Powell / Colaborador