La eliminatoria llegaba abierta a Chapecó tras el empate a uno que cosecharon a principios de mes en Boedo. El encuentro se preveía igualado pues Chapecoense llegaba invicto como local (2 victorias y 1 empate) y con solo un gol recibido (el que le marcó Cuiabá en segunda fase). Además, era un día histórico en Santa Catarina pues su modesto club (hace 7 años estaban en la cuarta división) buscaba hacer historia y pasar a la primera final continental de su historia.
Por su parte, San Lorenzo se presentaba al partido tras dos victorias consecutivas en Liga y casi un mes sin sufrir una derrota. Además, hay que recalcar que es uno de los mejores clubes de Sudamérica en 2016. Con tanto talento ofensivo era complicado imaginar que se quedaran sin anotar.