La eliminatoria llegaba abierta a Chapecó tras el empate a uno que cosecharon a principios de mes en Boedo. El encuentro se preveía igualado pues Chapecoense llegaba invicto como local (2 victorias y 1 empate) y con solo un gol recibido (el que le marcó Cuiabá en segunda fase). Además, era un día histórico en Santa Catarina pues su modesto club (hace 7 años estaban en la cuarta división) buscaba hacer historia y pasar a la primera final continental de su historia.
Por su parte, San Lorenzo se presentaba al partido tras dos victorias consecutivas en Liga y casi un mes sin sufrir una derrota. Además, hay que recalcar que es uno de los mejores clubes de Sudamérica en 2016. Con tanto talento ofensivo era complicado imaginar que se quedaran sin anotar.
El conjunto local repitió el 4-3-3 de la ida con dos interiores (Gil y Cleber Santana) de mucho recorrido y dos extremos rapidísimos que amenazaban a los laterales rivales. Quizás con Dener tenían más profundidad por la izquierda.
Los de Boedo plantearon un 4-4-2 algo asimétrico por la izquierda pues Sebastián Blanco tendía a venir hacia dentro y era Emmanuel Mas el que daba amplitud por la zona.
La baja de Fernando Belluschi (el mejor jugador) por sanción la suplió Franco Mussis. Tampoco podía contar Diego Aguirre con el delantero Gonzalo Bergessio por molestias en la rodilla.
El encuentro comenzó con San Lorenzo buscando el gol basando su juego en la presión y en la verticalidad. El paraguayo Néstor Ortigoza crecía en el centro y todos los ataques pasaban por él (que pena que no diera el salto a Europa, pues creo que habría encajado a la perfección en la Liga Española por ejemplo).
Por su parte, Chapecoense replegaba con los once en campo propio buscando tapar principalmente el carril central. Su transición ofensiva se basaba en buscar las contra gracias a la velocidad de sus extremos y al talento de Cleber Santana, el exjugador de Atlético de Madrid y Mallorca gestionaba a la perfección cada salida de su equipo.
Los brasileños supieron cerrar la principal vía de creación de San Lorenzo
El empuje visitante duró apenas 10 minutos, en el momento que Cleber Santana-Josimar cerraron el sector de Néstor Ortigoza, los argentinos empezaron a tener dificultades en la construcción, seguía apareciendo el 20 pero la mayoría de sus pases eran de vuelta a los centrales al no venir nadie al apoyo por delante pues Sebastian Blanco estaba muy lejos y Mathías Corujo se pegaba a la banda. El 4-4-2 no le estaba funcionando a Diego Aguirre, la conexión entre el medio y la delantera era inexistente y además no tenían profundidad por las bandas al no prodigarse mucho en ataque los laterales debido al temor que les despertaban los rápidos extremos brasileños.
Con todo ésto, la gran ocasión de la primera mitad la tuvo San Lorenzo en un desajuste defensivo de Gil que propició la recepción en la frontal de Emmanuel Mas libre de marca pero su zurdazo abajo lo repelió bien Danilo.
La primera mitad de los brasileños fue impecable, pues quitando ese error de Gil, no cometieron ningún otro en defensa. Y tampoco se puede decir que renunciaran en la búsqueda de la meta de Sebastián Torrico encontrando en la figura de Dener su principal estilete. También destacaron Gil y Cleber Santana que alternaban la movilidad tras el doble pivote visitante y el mantener la posesión para dar respiro a su equipo cuando estaba más embotellado.
Al descanso, Chapecoense rayó la perfección y no concedió espacio a la talentosa delantera argentina.
Tras la reanudación, Diego Aguirre modificó el esquema pasando a un 4-2-3-1 con Sebastián Blanco en la mediapunta, Ezequiel Cerutti por derecha, Martín Cauteruccio por izquierda (aunque cambiaba constantemente de banda) y Nicolás Blandi como delantero (entró para reemplazar a un inédito Mathias Corujo). Esta nueva disposición hizo crecer la influencia de Néstor Ortigoza en campo rival, y eso siempre conduce a un mejor juego del equipo.
Estas modificaciones hicieron que San Lorenzo saliera más agresivo y cercara la meta de Danilo, pero este empuje duró 10 minutos y no derivó ni en gol ni en ocasiones claras. Como ocurrió en el primer tiempo, Chapecoense supo tapar las líneas de pase de Néstor Ortigoza y "El Cuervo" se apagó.
Chapecoense supo cerrarse bien en defensa sin necesidad de defender dentro de su área. El encuentro se disputó al ritmo bajo que ellos quería ayudando a que no tuviera que sufrir casi nada atrás. Los centrales locales estuvieron muy seguros toda la noche. Eso sí, en la última del encuentro Marcos Angeleri estuvo cerca de clasificar al Ciclón.
La posesión fue para San Lorenzo, pero fue una posesión poco ofensiva ya que la mayoría de los toques se producían en la media cancha y pocos en el último tercia.
El dominio fue claramente de Chapecoense. Se jugó a lo que ellos querían y en casi ningún momento fueron sometidos por su rival.
Con esta clasificación a la final de la Copa Sudamericana, Chapecoense hace historia pues nunca había llegado a una final continental. Curiosamente, este hecho histórico puede que no se dispute en Santa Catarina, pues la Commebol quiere que el encuentre en suelo brasileño se dispute en Porto Alegre debido a la capacidad del estadio (52.000 espectadores vs los 23.000 que tiene el Arena Condá). El 30 de Noviembre se jugará la ida en Medellín y el 6 la vuelta en Brasil.



Estadísticas del encuentro:
La imagen del partido:
Foto: NELSON ALMEIDA