
Jurgen Klopp ordenó a su Liverpool en un 4-3-3 usando su equipo de gala con la excepción de Sadio Mané, que acababa de volver de la Copa África tras caer Senegal en cuartos de final. El mediocampo fue para Jordan Henderson (pìvote), Emre Çan (interior zurdo) y Georginio Wijnaldum. En la portería ya se ha asentado Simon Mignolet.
Por su parte, Antonio Conte fue fiel al 3-4-2-1 que tan buenos réditos le está aportando desde hace casi una vuelta. La única novedad reseñable fue la entrada de Willian por Pedro Rodríguez.
El Liverpool comenzó buscando no cometer errores en zonas de peligro. La primera pieza para tal fin era Mignolet, que optaba por balones largos cuando tenía una mínima duda de a quien dársela. Esta cautela también afectó a la circulación de balón y se tradujo en posesiones largas y muy lejos del área de Courtois. Muy difícil sorprender así a un Chelsea que se encontraba como pez en el agua.
Donde sí arriesgaban más los locales era a la hora de recuperar la posesión. Plantearon una presión muy agresiva sobre los centrales y los centrocampistas del Chelsea cuando iniciaba Courtois en corto. Esta acertada presión dio sus réditos al conjunto red que recuperó una alta cantidad bastantes balones en campo rival en base a la anticipación de sus centrocampistas principalmente.
El conjunto de Londres tenía la idea clara de apostar por el repliegue bajo y estrecho con todas las piezas en campo propio a excepción de Diego Costa y el bajo ritmo de circulación red favorecía este plan de Conte. Ofensivamente Marcos Alonso tuvo menos vuelo que en otros partidos motivado por la amenaza que suponían las incorporaciones de Clyne y las caídas a ese sector de Emre Çan y Lallana.
El Chelsea sabía que debía conservar el cero en su portería pues sus atacantes tendrían opciones de desequilibrar el marcador. Y Hazard en una conducción generó una falta en la frontal que David Luiz se encargó de materializar.
Con el 0-1, los blues eran conscientes de que manteniendo el plan inicial, tendrían muchas opciones de lograr la victoria. Pero el conjunto local sí cambió el chip, y es que caer derrotado era despedirse de las posibilidades de ser campeón. Para revertir la situación, no solo comenzó a dar ritmo y verticalidad a la circulación si no que además le sumó un matiz táctico, Wijnaldum se alejó más de la construcción y se acercó más al área, este plan requería que el capitán red (Henderson) asumiera galones en el mediocentro ¡Y vaya sí lo hizo! Jordan comenzó a crecer en importancia y con ello la duración de las posesiones de su equipo en campo rival. En un centro suyo al área, el Wijnaldum entrando desde segunda línea se encontró un balón para empujar en el área pequeña y empatar la contienda.
El gol supuso la vuelta a los planes iniciales de ambos equipos. Y al igual que con 0-0, el Chelsea estuvo cerca de penalizar el error del Liverpool tras cometer Matip un penalti sobre Diego Costa, pero el atacante hispano-brasileño se topó con Mignolet.
N'Golo Kanté dominó la estadística defensiva del encuentro realizando 16 entradas de las cuales solo falló en dos. En el Liverpoo, el líder de esta estadística fue Jordan Henderson con 4 entradas.
La posesión perteneció al conjunto de Jurgen Klopp.
El dominio, se decantó ligeramente hacia los pupilos de Antonio Conte.
Los mejores del encuentro:
Darren Walsh / Colaborador