
Pepe Mel alineó al equipo en un 4-2-3-1 con Raúl Albentosa y Alejandro Arribas en el eje de la zaga (Sidnei estaba lesionado). Alex Bergantiños se situó en el pivote junto con Pedro Mosquera. Las bandas para Fayçal Fajr (derecha) y Bruno Gama (izquierda) con Celso Borges en la mediapunta enganchando con Joselu.
Eduardo Berizzo dispuso también un 4-2-3-1. Facundo Roncaglia y Gustavo Cabral formaron el eje de la zaga. Por delante, pareja de mediocentros con Nemanja Radoja y Pablo Hernández. La línea de tres mediapuntas de derecha a izquierda, Iago Aspas, Daniel Wass y Theo Bongonda. En punta, John Guidetti, aunque pronto se tuvo que ir por lesión y su puesto lo ocupó Claudio Beavue.
El guión del partido nos llevó a un Celta de Vigo que logró adueñarse de la posesión, pero sus circulaciones eran casi siempre muy alejadas del área rival, el motivo principal era las dificultades que encontraban Radoja y Pablo Hernández para superar los marcajes a los que les sometían Celso Borges y Joselu, derivando en posesiones de los vigueses excesivamente largas y horizontales o en balones directos hacia Beauvue, que se las tenía que ver con Arribas o Albentosa.
Solo Iago Aspas lograba inquietar a la zaga deportivista.
La única vía de escape que lograban encontrar los de Berizzo era cuando Wass se descolgaba y recibía tras la primera línea de presión coruñesa, pero eran posiciones muy próximas al mediocampo y que poco inquietaban al rival, por lo que el balón directo acabó siendo una constante excepto cuando aparecía Iago Aspas, que sin hacer un partido sobresaliente, era el único que con su movilidad y tdalento lograba generar algo de fútbol en zona de tres cuartos e inquietar la zaga blanquiazul, y como no, fue Iago el que desequilibró el encuentro. En una permuta con Beavue, el atacante de Guadalupe hizo un centro medido desde la banda y el de Moaña en área pequeña se anticipó a Albentosa rematando plácidamente. Error grave del central valenciano, que se despistó un segundo en el marcaje del delantero.
Por su parte, el Deportivo para contrarrestar el juego interior vigués, propuso un repliegue intenso con el bloque muy estrecho en campo propio y en posiciones bajas, además, ayudaban las marcas individuales de Joselu, Borges y Bergantiños sobre Radoja, Pablo Hernández y Wass. Lograron su objetivo de desactivar la salida de balón rival, pero lo que no podían controlar es el juego directo sobre Beauvue que se mostró dominante en esta faceta, ganando 7 de los 10 balones aéreos disputados.
Claudio Beavue venció el 70% de sus duelos aéreos con los centrales.
Con el balón, el juego se basaba en buscar a Pedro Mosquera para que organizara los ataques locales. El jugador coruñés basculaba de banda a banda buscando recibir todo balón que salía desde atrás para darle sentido a las posesiones blanquiazules, pero todas esas recepciones se producían en campo propio o muy cerca de la divisoria. Solo Juanfran por la derecha aportaba profundidad. Con el paso de los minutos, fue decreciendo la influencia de Mosquera y el Dépor fue incrementando su juego directo hacia Celso Borges y Joselu (y luego Andone). Esta alternativa tampoco suponía una jugada ganadora, pues los centrales vigueses son muy dominadores en los balones frontales.
La posesión perteneció levemente al Celta de Vigo.
El dominio sí que fue más claro para los visitantes. Aunque hubo momentos de la primera mitad en que ninguno logró imponer su juego.
Los mejores del encuentro:
NurPhoto / Colaborador