
Stefano Pioli alineó un 4-2-3-1 con la novedad de Yuto Nagatomo en el costado zurdo, que llevaba sin ser titular desde finales de Enero. El eje de la zaga lo formaron Gary Medel y João Miranda con Danilo D'Ambrosio en la derecha. Por delante, Geoffrey Kondogbia y Roberto Gagliardini en el doble pivote. Tras Mauro Icardi una línea de tres formada por Antonio Candreva, João Mario e Ivan Perisic.
En el bando contrario, Vincenzo Montella formó con un 4-1-4-1. La dupla de centrales la conformaron Cristian Zapata y Alessio Romagnoli. En los laterales, Davide Calabria (derecha) y Mattia De Sciglio (izquierda). En el pivote se situó el argentino Jose Sosa y en los interiores Mati Fernández y Juraj Kucka. Los españoles Suso Fernández y Gerard Deulofeu se situaron en las bandas derecha e izquierda respectivamente y en punta, el cafetero Carlos Bacca.
El comienzo del encuentro estuvo marcado por la intensidad que imprimieron ambos conjuntos. En los primeros 20-25 minutos el ritmo fue trepidante y el partido no obedecía a patrones lógicos de juego, si no que se centró en tres focos de atención. La explosividad de un Gerard Deulofeu que revoloteaba por la frontal desbordando al que le intentara robar la pelota, los movimientos de João Mario basculando en horizontal para sacar de zona a Sosa y la superioridad nerazzurri por la banda izquierda debido a que las diagonales de Perisic eran complementadas con un profundo Nagatomo que no se encontraba oposición pues a Suso le costaba replegar y Calabria seguía al croata.
El Milan intentaba mandar con la posesión y el Inter penalizar los errores a la contra.
Los rossoneri estaban jugando sin un pivote puro y eso en ataque sonaba bien pues querían desarrollar un juego basado en la posesión. Conseguían encontrar salida limpia con Sosa y el recorrido de los interiores ayudaba a generar en bandas un 1vs1 en el que los extremos españoles tenían muchas opciones de ganar a su par. Pero también tenía su contrapartida. En defensa estaban sufriendo mucho pues el Inter cargaba la zona central con João Mario, Perisic y Candreva y a la contra se plantaban en la frontal con cierta facilidad. Para remediarlo, los de Montella redujeron la altura de la presión y empezaron a defender por acumulación replegando los once en campo propio. Los tres atacantes más los dos interiores presionaban la salida interista pero solo una vez que ésta llegaba al medio del campo.
Presentación de los tiffosis locales |
Este movimiento táctico ayudó a que se ralentizara el tempo del encuentro. El Inter aceptó el nuevo escenario retrasando también la altura de la presión, aspecto que le venía bien pues D'Ambrosio necesitaba ayuda para detener a Gerard Deulofeu. Con Candreva en el apoyo más un Gagliardini vigilante, consiguieron disminuir la cantidad de intervenciones del extremo catalán. Pioli no solo aseguraba en defensa, también lo hacía en ataque pues en salida de balón no se asumían riesgos y los envíos directos hacia Icardi o Perisic anulaban la posibilidad de error. Y así llegó el 1-0, con un envío directo de Gagliardini muy preciso al espacio que dejó a su espalda De Sciglio donde atacaba Candreva, que solo tuvo que tocarla con la puntera para superar al joven cancerbero milanista.
Antonio Candreva no solo fue importante en el balance defensivo ayudando a un D'Ambrosio superado por Deulofeu, si no que en ataque supo alternar recepciones por dentro y por fuera según la jugada pidiera. Anotó el 1-0 cuando peor estaba su equipo y como mostró su exuberancia física.
Tras un frenético comienzo, el Milan propuso bajar el ritmo del partido y el Inter aceptó.
Y poco después, llegó el 2-0 en una contra perfectamente ejecutada por los locales, Perisic le ganó la partida a Calabria y su centro encontró a Icardi en área pequeña que estuvo muy listo engañando a su marcador. Amagó hacia el primer palo y corrió al segundo. Se estrenaba el punta argentino como goleador en un Derby Della Madonnina.
Presentación de los tiffosi visitantes |
El segundo gol supuso un jarro de agua fría no solo para el Milan, si no para el encuentro, que se enfrió hasta bien mediada la segunda mitad, momento en que Montella buscó agitar el árbol dando entrada a Lapadula y pasando a un 4-4-2 que concentraba los ataques en el flanco izquierdo interista donde se juntaban Suso y Deulofeu contra Nagatomo y Éder. Pero Pioli detectó pronto la debilidad e introdujo a Murillo pasando a defensa de 5 para igualar los efectivos en área propia y dar con Murillo más ayuda a una banda izquierda que fue donde se generó el 2-1 con un centro de Suso y un remate de Romagnoli que entraba desde la segunda línea.
Gerard Deulofeu está en un buen momento de forma y fue un incordio para la zaga interista. Comenzó jugando por la izquierda pero conforme ganaba confianza por la efectividad de sus regates, empezaba a influir más por zonas interiores, y siempre aportando desborde y creatividad. En los últimos minutos, pasó a jugar por la derecha donde se juntaba con Suso.
Y fue pasado el tiempo reglamentario cuando en un córner botado por Suso, el infravalorado Handanovic cometió un error en la salida que derivó en un remate de Zapata en el segundo palo que despejó Murillo pero el "ojo de halcón" determinó que el balón había pasado. El Derby Della Madonnina se decidió gracias a la tecnología, siglo XXI por fin llegaste al fútbol.
Emocionante final para un gran partido pero muy cruel con un Samir Handanovic que había cuajado un partido muy bueno dominando todas las acciones que rondaron el área.
La posesión perteneció al AC Milan, sobre todo en el segundo periodo.
El dominio alternó. En la primera parte lo tuvo el conjunto de Pioli excepto en el comienzo. En la segunda, perteneció a los de Montella en los últimos 15-20 minutos.
Los mejores del encuentro.
Marco Luzzani - Inter / Colaborador