
Tomas Tuchel alineó un 3-3-2-2. En el eje de la zaga formaron Lukasz Piszczek, Sokratis y Sven Bender. Los carriles para Matthias Ginter y Marcel Schmelzer. En el pivote Julian Weigl, con Raphael Guerreiro y Shinji Kagawa por delante haciendo pareja de interiores. En punta, los rapidísimos Ousmane Dembélé y Pierre-Emerick Aubameyang.
Leonardo Jardim contaba con las bajas de Djibril Sidibe y Tiemoue Bakayoko y las suplió con Andrea Raggi y Joao Moutinho. El resto del once, el clásico 4-4-2, con Kamil Glik y Jemerson haciendo dupla de centrales más Almany Toure en derecha. Por delante, Fabinho en el pivote con Thomas Lemar y Bernardo Silva en bandas. En punta, Radamel Falcao más Kylian Mbappé.
El Borussia Dortmund salió con la idea de mandar con la posesión. Los tres centrales tocaban con facilidad pero en horizontal pues la presión de los dos puntas monegascos iba encaminada a que Weigl no recibiera o cuando lo hiciera no se diera la vuelta, también ayudó el trabajo de Bernardo Silva sobre su compatriota Guerreiro, anulando la segunda opción de salida de balón. Estos marcajes casi individuales se mostraron efectivos pero cuando el pivote alemán conseguía recibir a espaldas de Falcao-Mbappé, tenía metros para conducir y pensar pues el doble pivote visitante no le presionaban en exceso con el objetivo de no desfigurar la estructura defensiva. Pero ésto no suponía un problema para los franceses, pues el de Bad Aibling no encontraba tampoco receptores en posiciones ventajosas optando por el pase directo hacia la doble punta para que se impusieran en velocidad a sus marcadores.
En el primer tiempo, los franceses supieron penalizar los puntos débiles del conjunto alemán.
El Mónaco salió con la idea de esperar todo el bloque en campo propio con la excepción de los dos puntas. Leonardo Jardim pareció volver a la versión pragmática de 2015/2016 buscando la consistencia defensiva y la salida fulgurante a la contra. En materia defensiva, el plan marchaba según lo previsto, y en ataque en la primera que los franceses pudieron correr se encontraron con un penalti forzado por Mbappé tras recorrer 15-20 metros en conducción (Fue Fabinho el que marró la pena máxima).
Y en la segunda que tuvo, Bernardo Silva condució hasta que atrajo a los tres centrales al sector izquierdo, momento en que descargó a Lemar solo dentro del área para que el francés asistiera a Mbappé en el segundo palo.
En la primera mitad, Bernardo Silva no solo se sacrificó en defensa trabajando sobre Raphäel Guerreiro anulando la salida por el sector de su compatriota si no que aportó pausa y calidad a la posesión del Monaco. Sus conducciones y sus toques en los primeros 45 minutos fueron claves para que el Monaco saliera a la contra o se asentara con el balón en campo rival. En la segunda mitad, el luso se apagó y tuvo que ser sustituido.
Defensivamente, los de Tuchel con la disposición inicial dejaban bastante espacio en bandas, circunstancia que acrecentaba el problema endémico de la endeblez defensiva que supone la tónica habitual de esta temporada. En el 0-1 el repliegue defensivo fue horrible, los tres centrales bascularon hacia la izquierda pendientes de la conducción de Bernardo Silva dejando libre de marca a Lemar dentro del área en primer lugar y luego a Mbappé en el palo largo. El 0-2 también vuelven a dejar muchos metros libres en banda izquierda, situación que aprovecha Raggi para llegar al pico del área y lanzar un centro que acaba en autogol de Bender.
El Borussia cometió errores defensivos que le costaron dos goles jugando como local.
Tras la reanudación, Tuchel estaba obligado a hacer algo pues estaba fuera de la Champions no solo en resultado si no en juego y sensaciones. Optó por reordenar al equipo en un 4-4-2 pasando Guerreiro al lateral zurdo, formando Nuri Sahin pareja con Weigl y situándose en la derecha Pulisic y Kagawa en la izquierda.
Con los cambios, se revolucionó el equipo que mostró una mejor cara pues pasaron a realizar ataques más estructurados y defensas más ordenadas. A destacar la mejor defensa de las bandas al acumular a más jugadores (laterales y extremos), por esa zona se estaban desangrando en el primero periodo. La entrada de Nuri Sahin aportó más criterio a la posesión y la de Pulisic profundidad y desborde en el sector izquierdo, por donde superó su emparejamiento con Andrea Raggi.
Raphäel Guerreiro en la primera mitad era el único que conseguía enlazar las transiciones defensa-ataque pero de manera poco frecuente. En la segunda parte, desde el sector zurdo fue el encargado de que las posesiones alemanas prosperaran y fueran subiendo escalones hasta enlazar con los extremos.
La posesión fue para el Borussia Dortmund.
El dominio alternó bastante durante el encuentro. En la primera mitad perteneció al AS Monaco. En la segunda, en casi todo momento a los locales aunque los franceses tuvieron momentos de controlar el juego.
Los mejores del encuentro:
Dean Mouhtaropoulos / Fotógrafo de plantilla