
Por un lado el juego de posesión combinativo de la Real Sociedad de Fútbol y por otro el pragmático y rocoso y a la vez eléctrico Club Atlético de Madrid. En esta ocasión, resultó victorioso (1-0) el conjunto madrileño que llega a las fases claves de la temporada en un gran momento de forma.
El Cholo Simeone alineó su 4-4-2 clásico con Antoine Griezmann y Fernando Torres en punta. La línea defensiva, la misma de los últimos partidos con Juanfran Torres, Stefan Savic, Diego Godín y Filipe Luís. Saúl Ñíguez y Gabi formaron el doble pivote con Koke y Yannick Carrasco en los volantes derecho e izquierdo respectivamente.
Eusebio Sacristán dispuso un 4-1-4-1. Raúl Navas e Íñigo Martínez formaron dupla de centrales, con Yuri Berchiche y Álvaro Odriozola en los laterales. En el pivote, se situó el joven Igor Zubeldia escoltado por Xabi Prieto y Esteban Granero. Sergio Canales se situó como volante zurdo, Carlos Vela en la derecha, y arriba el brasileño William Jose.
En el comienzo del encuentro ambos equipos tenían la lección aprendida y salieron con la intención de efectuar una presión muy alta buscando incomodar al rival y fomentar la salida en largo.
La Real supo superar la presión inicial colchonera. Al Atleti, le costó algo más superar la presión rival.
El conjunto donostiarra conseguía superar este primer obstáculo colchonero bajando a Zubeldia a la altura de centrales, por lo que creaban siempre superioridad 3 vs 2 o 5 vs 4 si bajaban los laterales, que normalmente esperaban en el siguiente escalón de la escalera para recibir (ya sea del joven mediocentro o de los centrales) y salir en velocidad por ambos carriles, haciendo bascular el sistema defensivo rival para luego encontrar a Vela o Canales por dentro. El plan les estaba saliendo bien pues la mayoría de los ataques los culminaban los laterales (sobre todo Odriozola que no era seguido por Carrasco) pero les estaba faltando precisión en el último tercio.
Los madrileños en cambio tuvieron muchas dificultades para superar la presión del conjunto txuri urdin, teniendo que recurrir en ocasiones al envío directo hacia los puntas, que con Raúl Navas e Íñigo Martínez no lo iban a tener fácil. Además de tener dificultades en la elaboración, también las tenían en fase defensiva pues por su izquierda estaban siendo desbordados, para remediarlo, el Cholo permutó a Yannick con Koke con el objetivo de que el madrileño apoyara a Filipe. A partir de este ajuste y de la aparición de Griezmann, el Atleti empezó a crecer y sumó acercamientos y ocasiones, en parte por la debilidad de la zaga vasca, que se mostró poco contundente en el Vicente Calderón. El francés se movía con libertad buscando o bien venir a recibir, o caer entre líneas para que el poseedor de la pelota encontrara una línea de pases.
Si Saúl se mostró influyente por dentro. Filipe Luís lo hizo tanto por fuera como por el carril central.
Filipe Luis realizó un partido muy de lateral brasileño. En ataque combinó recepciones exteriores con interiores influyendo en la mayor parte de los ataques locales ya sea desbordando con pases o con su precisa conducción. En una de sus diagonales con balón, llegó a la frontal donde tiró una doble pared con Griezmann primero y con Torres después para batir a Rulli desde dentro del área.
Con el gol, el Atleti replegó como tan bien sabe hacer el conjunto de Simeone. Por su parte, Eusebio dio entrada a Oyarzabal por Xabi Prieto pasando Canales al interior diestro. El cambio no causó el efecto esperado por el técnico vallisoletano pues su equipo consiguió ser dueño de la posesión pero sin inquietar a la ordenada zaga colchonera, que cuajó una actuación impecable durante los 90 minutos.
La posesión perteneció claramente a la Real Sociedad.
El dominio fue del Atlético de Madrid aunque en varias fases del primer periodo, correspondió al conjunto donostiarra.
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